En la película se ve como un magnifico vendedor basa sus beneficios no el análisis de información sino en la manipulación de esta y que luego brindaría a sus confiados clientes. Aseverando muchas veces que él mismo ha puesto parte de su propio patrimonio para así generar más confianza e interés en los clientes hasta que estos concreten la transacción. Y es así como este muchacho inteligente, Leonardo, luego se convertiría en líder de una manada de, por decirlo de una forma, lobos que se disfrazaran de ovejas para los inversionistas en la bolsa. Quienes al igual que el Leonardo se mueven en Wall Street aprovechando los numerosos resquicios e imperfecciones del sistema.
En el mundo empresarial el móvil es ganar dinero y crear valor. Para lo que refiere a ventas existen múltiples estrategias para lograr el objetivo. Es real que las empresas estén más interesados en ver los números antes que saber cuál fue la estrategia utilizada. Lamentablemente no todo está lo suficientemente delimitado en la ley. Y es así como Leonardo evade la ley aludiendo que fue una estrategia de venta el ganar la confianza del cliente. Pero esta vez se equivoca porque más allá de ocultar cierta información a los usuarios, él las manipula y eso es engaño. Entonces, surge aquí el dilema es legal intentar convencer a un cliente a invertir; sin embargo, la forma en la que se acondiciono la información real definitivamente no fue ético. Y no lo es porque cae en el engaño. Finalmente no solo está manipulando información sino también a las personas.
Para concluir este análisis, los 2 puntos grises fueron: en primer la manipulación de la información respecto al comportamiento futuro de las acciones en la bolsa. Asimismo, la manipulación de las personas para concretar la inversión en la bolsa. Formando ambas el engaño millonario en mucho de los casos.
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